Una tienda online....de verdad?

Soy una compradora habitual de cosas por internet. ¿Por qué? Por un montón de razones: No me gustan los lugares con mucha concurrencia de gente, no me sobra el tiempo para ir a visitar tiendas o mejor dicho, tengo otros intereses a los que dedicarle mi tiempo libre, no me gusta hacer las filas para pagar, entre algunas otras razones más. A mis amigas, por el contrario, les encanta vitrinear, pasar horas en las tiendas, probarse todo lo que encuentren, comprarse todo lo que puedan (o lo que alcance). Su complicación: salir a comprar conmigo. Mi complicación: salir a comprar con ellas. ¿Cómo resolvemos el tema? Ellas me soportan a mi y yo las soporto a ellas.

Pero ¿es posible tener lo mejor de ambos mundos?.

Por un lado, hay muchos compradores que prefieren una compra directa en tiendas porque tienen el producto en sus manos antes de comprarlo: te lo pruebas, no te queda, buscas otra talla, te lo pruebas...y así vas iterando hasta que encuentras lo que quieres y lo compras. 

A mi me gusta la compra online, soy más arriesgada, pero me aprendo de memoria la política de cambio y devolución antes de comprar. Si no me gusta, lo cambio. Si aún no me gusta, lo devuelvo. Pero hay que reconocer que es un proceso tedioso que no todos están dispuestos a vivenciar, menos aún cuando tu pedido lo necesitabas para el evento de fin de semana....y ahora tienes que esperas los 10 días que establece la política.....en el mejor de los casos!

Una tienda online que te ofrece la experiencia de una compra directa.¿Por qué no? Se estima  que un 49% de los consumidores sigue prefiriendo una compra directa en tienda, pero cada vez hay más personas que entienden el valor de su tiempo y el mercado tiene que aprender a ofrecerles la satisfacción de una compra directa con la velocidad de una tienda online. 

¿Cómo llegar a eso? Conociendo a tu cliente, como si fuera tu mejor amiga. A las únicas personas a quienes me atrevo a regalarles ropa es a ellas: mis amigas. Conozco sus gustos, su talla, su peso (aunque no me lo digan), su entorno, sus colores preferidos, sus complejos, sus necesidades.

Pero ¿pueden las empresas llegar a establecer ese vínculo? Con las tecnologías existentes ¡por supuesto que si!..... ¿está dispuesto el consumidor a confiar en una marca a ese nivel? Probablemente no....aún falta que transmitan esa confiabilidad, ética, integridad, compromiso con sus clientes y con sus intereses....falta camino...pero estamos en el camino.